On an early spring day, John Cromartie and Josephine Lackett stroll
through the gardens of the Zoological Society of London. As the pair
discuss love and their future, John has an idea: he'll display himself
as a zoo animal like any other. If Josephine loves him, she'll be unable
to bear it, and if she doesn't, well, it doesn't quite matter to John
where he is. Despite its light premise, Un hombre en el zoo is a
nuanced philosophical and metaphorical story that raises historical and
psychological questions.
1924. John Cromartie y Josephine Lackett pasean por los Jardines de la
Sociedad Zoológica de Londres. Es un día de finales de febrero con
cierto aroma primaveral ya. Pasean delante de las jaulas de numerosos
animales mientras discuten sobre el amor y su propio futuro. Y allí
mismo, justo en ese momento, fruto del ardor de la discusión, John tiene
una idea «peregrina» que en un primer instante sólo pretende responder,
de algún modo, a las palabras de Josephine: hacerse exhibir en el propio
zoo como si fuera un animal más. Sí, como si fuera parte de la colección
de fieras. «En aquel momento se dijo a sí mismo que lo haría para
humillar a Josephine. Si lo amaba, aquello haría que ella sufriera, y si
no lo amaba, a él le daría igual estar en un sitio que en otro.» Al
empezar a leer Un hombre en el zoo quizá pensemos que se trata de una
novela ligera, de una historia sencilla que se lee con facilidad. Y sin
duda es así, pero en cuanto avanzamos un poco y nos vamos adentrando en
sus detalles, descubrimos que, sin perder en absoluto su amenidad, la
historia es mucho más compleja, filosófica y metafórica de lo que a
simple vista parece. Bajo un estilo narrativo sencillo, claro y
discreto, hay en estas páginas muchas e interesantes connotaciones
históricas, sociales y psicológicas.