**Esta esperada novela de William Ospina busca, entre miles de páginas
científicas y los testimonios de sus encuentros, al Humboldt más humano
y personal que allí se esconde.
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«Cómo no fascinarse con un país donde los
cangrejos tenían el color de los cielos y todo
era tan nuevo como si en cada día estuviera
la creación del mundo».
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«Humboldt es otro de los nombres del
mundo, y es esencialmente inabarcable».
«Se expuso al pasmo de las lunas y a la insolación en los desiertos de
salitre, a vendavales y tormentas eléctricas, vivió aguaceros
interminables bajo las enramadas de la selva, probó la electricidad de
los gimnotos y succionó venenos de serpiente, estuvo a punto de ahogarse
en los raudales del Orinoco y en las tormentas de Barú, sintió el abismo
desde el lomo de las mulas en los desfiladeros del Quindío, afrontó los
escorpiones del Cauca, las ranas venenosas de Dagua, las noches de
mosquitos del Magdalena, y no solo volvió más fuerte a Europa, sino que
disfrutó por décadas de una salud tan envidiable, que hubo quien pensó
que aquel baño de peligros lo había inmunizado contra la muerte».
En esta apasionante novela, con una curiosidad y una maestría
comparables a las de su protagonista, William Ospina le sigue el rastro
al Humboldt que viajó por América: «Seres así muy posiblemente marcan el
fin de una época y el inicio de otra, y Humboldt configura no solo una
aventura científica sino el comienzo de una mitología que apenas
adivinamos».