Cuando pensamos en una biblioteca, nos imaginamos un edificio en una
calle o tal vez una sala en una escuela. Pero algunas bibliotecas no
están encerradas entre paredes. Algunas se mueven de un lugar a otro de
formas increíbles: en autobús, barco, elefante, burro, tren o incluso en
carretilla.
Estas innovadoras bibliotecas móviles suelen ser la única manera de
llevar libros a la gente que vive en lugares remotos, como las montañas
de Tailandia, el desierto Gobi de Mongolia o las zonas rurales de
Zimbabue. En lugares como estos, la llegada de las bibliotecas es un
gran evento muy anticipado. Sin embargo, los libros nunca llegarían a la
gente sin el duro trabajo y la dedicación de los bibliotecarios y
voluntarios.
Margriet Ruurs, escritora y educadora, se puso en contacto con
bibliotecarios de todo el mundo y les pidió que compartieran historias
de sus bibliotecas. En muchos casos, los voluntarios y los
bibliotecarios tomaron sus cámaras fotográficas y retrataron las caras
felices de los niños al recibir los libros. El resultado es este ensayo
fotográfico inspirador que celebra los libros, a los lectores y a los
bibliotecarios.
¿Por qué los bibliotecarios se toman la molestia de empacar libros en el
lomo de un elefante o manejar durante millas para llevar los libros en
autobús? Porque, como dice un bibliotecario de Azerbaiyán, "la
biblioteca móvil es tan importante como el aire o el agua".