En esta crítica incisiva, Dani Rodrik combina el relato histórico con
astutas observaciones que cuestionan la creencia de que el avance de la
globalización es inevitable --e inevitablemente positivo-- y argumenta
que la globalización va acompañada necesariamente de tensiones muy
graves. La paradoja de la globalización plantea un tema que ha
adquirido, a raíz de la crisis del euro, una candente actualidad. Se
trata del conflicto entre decisiones democráticas a escala de cada
nación y decisiones tecnocráticas a escala supranacional. En el libro,
el autor presenta un argumento a favor de un modelo de globalización
atemperado, que sea respetuoso con las democracias nacionales y que esté
fundamentado en un entramado muy elemental de reglas internacionales.
Ahora que nos enfrentamos a unos desafíos globales tanto en el comercio,
como en las finanzas como en los mercados laborales, la bien
fundamentada propuesta de Rodrik muestra el camino hacia una prosperidad
equilibrada y sostenible.