Xavier Velasco, Premio Alfaguara 2003 con Diablo guardián, regresa a
la literatura con la «aventura kamikaze» de contar su infancia y no
inventarla.
«El de la pintura es un niño desesperado. Necesita salvarse y no imagina
de qué. Quiere salir de ahí, no sabe cómo.»
Ser niño es entender que el que lleva al infierno es un camino corto. Se
llega sin saber, se escapa sin pensar, se vuelve sin querer.
El niño de esta historia se resiste a contarla. Antes que darle un sitio
en su memoria, preferiría darle sepultura. Cuando menos lo espera, ya
está inmerso en un juego trepidante que le permite todo... menos dejar
morir una historia. Se trata de salvarla, ése es el juego.
No es que la infancia sea en sí difícil, sino que sus fantasmas resultan
invencibles y sus muros -horror- inexpugnables. En un proceso inverso al
exorcismo, el autor se transforma en personaje, el retrato en fantasma,
la cicatriz en tinta: "Se escribe, igual que se ama o que se vive,
porque no queda más alternativa, ni se ve escapatoria tolerable."
ENGLISH DESCRIPTION
This is the story of a boy who would prefer not to talk about his
childhood.
Xavier Velasco, winner of the Premio Alfaguara 2003 with Diablo
guardian, returns with this "kamikaze adventure" to recounting his
childhood.
The one in the painting is a desperate boy. He needs to save himself and
doesn't know of what. He wants to get out but doesn't know how." To be a
kid is to understand that the road to hell is a short one. One arrives
there without knowing, one escapes without thinking, one comes back
without meaning to. It is not that childhood is hard, but rather that
childhood phantoms are invincible. The boy of this story refuses to tell
it. He allows himself everything... except to let the story die.