El traidor es uno de los trabajos periodísticos más ambiciosos en la
trayectoria de Anabel Hernández.
Su historia se remonta a enero de 2011, cuando la contactó uno de los
abogados de Vicente Zambada Niebla, mejor conocido como Vicentillo,
quien enfrentaba un juicio en una corte de Chicago. La intención era
compartir con la periodista documentos y hechos que ampliaban y
esclarecían varios de los episodios que acababa de dar a conocer en Los
señores del narco.
Entre los documentos a los que tuvo acceso se encuentran el inquietante
autorretrato como payaso que aparece en la portada y los diarios
realizados por Vicentillo durante las negociaciones para colaborar con
el gobierno norteamericano, los cuales hasta ahora eran secretos. En
ellos el capo reconstruyó su historia y la historia de una de las
organizaciones de tráfico de estupefacientes más grandes del planeta.
A lo largo de estas páginas, la autora se adentra en el Cártel de
Sinaloa a través del relato de Vicentillo, quien exhibe de manera
descarnada cómo funciona el sistema interno que da vida a la
organización criminal, la violencia, las mil formas de traficar droga y
la complicidad entre políticos, empresarios y fuerzas del orden.
Pero sobre todo devela el perfil de quien durante el último medio siglo
ha sido el rey del narcotráfico. Quien nunca ha pisado la cárcel y quien
desde su trono ha visto caer a amigos, enemigos, socios, competidores,
familiares, empleados del gobierno y hasta sus propios hijos, sin que
eso haga mella en su poder, el padre de Vicentillo: Ismael el Mayo
Zambada.
ENGLISH DESCRIPTION
The Traitor is one of the most ambitious journalistic works of
Anabel Hernández's career.
Her story dates back to January of 2011, when she's contacted by one of
Vicente Zambada Niebla's lawyers, better known as Vicentillo, who was
facing charges in a court in Chicago. The intention was to share with
the reporter documents and facts that would broaden and clear up various
episodes that had just come to light in Los señores del narco.
Among the documents to which she had access is the disturbing
self-portrait as a clown that appears on the cover and the diaries kept
by Vicentillo during his negotiations to collaborate with the North
American government, which until now were secret. In them, el capo
reconstructed his story and the story of the one of the largest
drug-trafficking organizations on the planet.
In these pages, the author goes inside the Sinaloa Cartel through
Vicentillo's account, who grimly exhibits the internal workings that
give life to the criminal organization, the violence, the thousands of
way to traffic drugs, and the complicity among politicians, businessmen,
and security forces. But, above all, he unveils the profile of the
person who, during the last half century, has been the king of drug
trafficking.
Someone who has never stepped inside a prison cell, who from his thrown
has seen his friends, enemies, partners, competitors, family members,
government employees, and even his own children fall, without this ever
making a dent in his power, the father of Vicentillo: Ismael el Mayo
Zambada. **
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