El título de ''Rey del Mundo'', tomado en su acepción más elevada, la
más completa y al mismo tiempo la más rigurosa, se aplica propiamente a
Manu, el Legislador primordial y universal, cuyo nombre se encuentra,
bajo formas diversas, en un gran número de pueblos antiguos; a este
respecto, recordaremos solo el Mina o Ménès de los egipcios, el
Menw de los celtas y el Minos de los griegos. Por lo demás, este
nombre no designa de ningún modo a un personaje histórico o más o menos
legendario; lo que designa en realidad, es un principio, la Inteligencia
cósmica que refleja la Luz espiritual pura y formula la Ley (Dharma)
propia a las condiciones de nuestro mundo o de nuestro ciclo de
existencia; y es al mismo tiempo el arquetipo del hombre considerado
especialmente en tanto que ser pensante (en sánscrito mânava).
Por otra parte, lo que importa esencialmente destacar aquí, es que este
principio puede ser manifestado por un centro espiritual establecido en
el mundo terrestre, por una organización encargada de conservar
integralmente el depósito de la tradición sagrada, de origen
''no-humano'' (apaurushêya), por la que la Sabiduría primordial se
comunica a través de las edades a aquellos que son capaces de recibirla.
El jefe de una tal organización, que representa en cierto modo a Manu
mismo, podrá legítimamente llevar su título y sus atributos; e incluso,
por el grado de conocimiento que debe haber alcanzado para poder ejercer
su función, se identifica realmente al principio del que es como la
expresión humana, y ante el cual su individualidad desaparece.