El Hijo de Dios, con su encarnacion, se ha unido en cierto modo con cada
hombre (Constitucion pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual
Gaudium et spes, n. 22). Esta afirmacion es una de las mas citadas del
Concilio Vaticano II, lo cual puede dar a entender que se trata de una
ensenanza aceptada de modo pacifico por todos. Sin embargo, ya desde el
tiempo de su redaccion, algunos han tenido dificultad en reconocer el
valor especificamente doctrinal de los contenidos de GS. Ademas, el
precedente mas claro de la afirmacion que estudiamos, la teologia
patristica de la inclusion de la humanidad en Cristo, recibio criticas a
lo largo del siglo pasado. Esto se refleja en un sinuoso camino de
recepcion de la formula conciliar, que ha sido objeto de reservas,
interpretaciones diversas y un desarrollo desigual en los distintos
temas teologicos. Esta obra se enfrenta a la interpretacion de esta
ensenanza particular del Concilio a traves de tres vias complementarias:
la historia de la redaccion de GS, el an lisis del texto y la acogida de
su ensenanza en los tratados de Antropologia teologica. De este modo, se
intenta avanzar en la hermeneutica del Concilio, aun pendiente de una
recepcion mas plena cuando se conmemoran los cincuenta anos de su
inauguracion.