Cómplices en la mayor y más grande de todas las aventuras.
Los personajes que habitan esta novela son lectores o están en camino
de serlo.
Lectores como yo, tú, ella, ellos. Como nosotros. Cómplices en la mayor
y más grande de todas las aventuras.
Julián ha luchado contra el aburrimiento de todas las maneras posibles.
Desde que le diagnosticaron hepatitis, ha recreado en su cabeza
conversaciones imaginarias entre ostras que no tienen nada que hacer, ha
buscado formas fantasiosas en las manchas de la pared, ha lanzado mocos
al aire.
Pero es feliz porque no tiene que ir a la escuela. Y por nada del mundo
se acercará a los libros: no leerá, no escribirá reportes, no pensará en
la tarea. ¡Por supuesto que no!
Por su parte, Isa no se detendrá hasta encontrar a las heroínas de la
literatura que le ayuden a demostrar que para celebrar sus quince años
no es necesario que haga dieta y se ponga un vestido que jamás volverá a
usar.
Pero en estas páginas también aparecen ágiles espadachines, monjes
detectives, replicantes muy humanos y niños perdidos en islas desiertas
que saben bien que leer es un modo de resistir.