En las décadas que pasaron en la DEA, Javier Peña y Steve Murphy se
dedicaron a la caza y captura de narcotraficantes, pero sin duda su
mayor desafío fue Pablo Escobar, el cerebro del cartel de Medellín y
responsable del tráfico de toneladas de cocaína a Estados Unidos y a
Europa en las décadas de 1980 y 1990, así como de miles de asesinatos de
competidores, policías y civiles para asegurarse el trono en el mundo de
la droga. Entre julio de 1992 y diciembre de 1993 Steve y Javier, tras
un riguroso entrenamiento físico y unas misiones tempranas en Miami y
Austin, se instalaron en Medellín, donde vivieron y trabajaron con las
autoridades colombianas con el objetivo común de capturar a un hombre
que hasta entonces muchos consideraban intocable; un héroe para las
comunidades más pobres, para las que mandó construir viviendas y centros
deportivos. Su experiencia en primera persona, las historias de los
archivos desclasificados de la DEA, los desafíos a los que se
enfrentaron y las estrategias innovadoras que emplearon para terminar
con el reino del terror componen un relato épico de cómo dos agentes
estadounidenses arriesgaron sus vidas en territorio de sicarios para
destruir el imperio de Escobar y atrapar al narcotraficante más buscado
del mundo.